En el cementerio de Nunhead.
In Nunhead Cemetery, Charlotte Mew (1869-1928)
Es
la arcilla la que une la tierra a su azada;
Llenando
fosas año tras año:
Los
otros se han ido; agotados,
Pero
yo deseo permanecer aquí;
No
hay otro lugar para mí.
He
visto este sitio desde las ventanas del tren,
Cortado
contra el cielo,
Lloviendo
contra mi rostro.
Hay
algo horrible en todas las flores;
En
ésta en particular, deshecha en mi mano,
Es
una de las tantas que te han honrado;
Y
no vivirá otra hora pues hay cientos como ella;
Nadie
extraña a una rosa muerta.
Yo
permaneceré aquí;
Donde
el cielo aún puede verse;
Donde
las casas se pierden en caminos altos;
Donde
no hay nadie con quien hablar
A
pesar de que todos aquí pronto estarán;
Justo
encima de los campos donde las rosas crecen.
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