dissabte, 2 de març del 2024

Continuen arribant microrelats

 Los recuerdos de una ciudad en llamas 

Crees que hacer que no pasó nada hará que todo vuelva a ser como antes, crees que con palabras vacías volveré a ser la misma. No, para ti tal vez no significo nada, pero para mí fuiste una bomba en mi corazón que sabía que estallaría. No lo quería admitir, pero estaba claro que no era suficiente para ti y que me acabarías dejando en ruinas, como esas ciudades de las que ya solo quedan restos, recuerdos perdidos e historias que jamás serán contadas, y al final como una ciudad olvidada, mis sentimientos se desvanecieron.


La chica detrás del espejo 



De ella nací y de mí morirá


La oigo respirar, muy lentamente, cansada, desolada, oigo el crujir de sus ramas, las cuales hace tiempo que permanecen desnudas. Si me concentro y reprimo mi respiración, e ignoro los latidos de mi corazón, puedo escuchar como sus raíces se aferran, débiles al árido suelo donde ya no queda más que arena seca. Si me concentro aún más, escucho su sangre, seguramente escasa, trepando por sus venas, muy lentamente a través del tronco, deslizándose por sus múltiples brazos, llegando hasta al que yo me aferro. La oigo pedirme, no, suplicarme, que me vaya y la deje crecer y florecer de nuevo, pero ya debería saber que no me iré hasta conseguir su último suspiro, me llevaré hasta su última gota de savia por muy agria que sea, no dejaré que marchite hasta exprimir todo lo que me tenga que dar mi querida Álamo.

"La Hija"


Todo está bien



Julián despertó una mañana cualquiera, todo parecía normal, pero, al abrir la persiana, se percató de que su ciudad no era la misma. Sirenas de guerra sonaban en la calle, a coro con los gritos de mujeres desesperadas, cuyos maridos habían muerto hacía poco. Salió a la calle aterrorizado, desde allí pudo ver una montaña de escombros humeante que anteriormente había sido su colegio. También divisó la casa de sus abuelos, que en ese preciso momento estaba siendo rodeada por los bomberos. Todo era demasiada información para él, por lo que se sintió solo, perdido en un mar de incertidumbre. Al poco tiempo, se lo llevó su madre al sótano, mientras él simplemente se dejaba llevar. Durante toda la travesía, su madre le fue susurrando “todo está bien”. En el fondo de un corazón inocente y un alma rota, Julián tenía la certeza de que no era así.


Blaba

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